Cinco claves para practicar Yoga cada día (y no dejarlo después de la primera semana)

Cinco claves para practicar Yoga cada día (y no dejarlo después de la primera semana)

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Cinco claves para practicar Yoga cada día (y no dejarlo después de la primera semana)

Seguro que en algún momento te lo has planteado: "desde hoy, empiezo a hacer Yoga a diario, aunque sean 15 minutos al día". Y es muy probable que durante la primera semana lo hayas cumplido a rajatabla; pero luego te vas deshinchando y terminas por dejarlo.

Si habéis estado alguna vez en esta situación, si quieres comenzar a practicar Yoga cada día y no quieres dejarlo después de la primera semana, te damos cinco claves para que tu práctica sea constante.

Encuentra clases de Yoga que te gusten

Hay dos cosas muy importantes que debes tener en cuenta cuando comienzas a practicar Yoga. Por un lado, tienes que encontrar el tipo de Yoga que es adecuado para ti, para tus gustos y para conseguir tus objetivos: si lo que quieres es una clase de Yoga que trabaje bien tu cuerpo opta por una sesión de Vinyasa o Bikram Yoga. Si, por el contrario, prefieres centrarte más en el trabajo mental y espiritual quizás el Kundalini Yoga sea una opción más adecuada.

Encontrar el tipo de Yoga y el profesor de Yoga que más conecten contigo es básico para que no lo dejes

Por otro lado, encontrar un profesor con el que conectes bien también es muy importante a la hora de no dejarlo. Si no aciertas a la primera, prueba con distintos profesores en distintos centros hasta que encuentres el adecuado para ti.

Esto funciona también si practicas Yoga en casa: hay un montón de canales de Youtube y de servicios de suscripción diferentes. Bucea un poco en la red hasta que encuentres uno con el que te sientas a gusto, donde entiendas bien las explicaciones y que te motive a seguir.

Paciencia y constancia son imprescindibles

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Es importante que entendamos que el primer día o la primera semana de clase seguramente no vayamos a poder hacer todas las asanas que nos proponga nuestro profesor. Como cualquier otra actividad, el Yoga es un camino del que tienes que disfrutar mientras vas aprendiendo. Nadie llega el primer día al gimnasio y levanta 100 kilos en press de banca: en Yoga nadie llega a su primera clase y hace todas las asanas.

La paciencia y, sobre todo, la constancia, son dos virtudes necesarias en Yoga: la única forma de mejorar es no dejarlo a los dos días. Pero si tienes un poco de paciencia seguro que ves mejoras, sobre todo en flexibilidad y en control corporal, en poco tiempo.

No te compares con nadie

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"Es que ya llevo una semana y a mi compañera le sale esa postura pero a mí no". Da igual, da exactamente igual. Tienes que tener claro que no todos partimos del mismo punto y que no todos tenemos las mismas condiciones para progresar en una actividad o deporte, cualquiera que sea este.

Especialmente en el Yoga, donde el trabajo del cuerpo se une con el de la mente y, en ocasiones, con el del espíritu, es importante que te centres en ti mismo. No te compares con los demás porque lo único que conseguirás es frustrarte y dejarlo a los dos días. Céntrate en tu entrenamiento y hazlo tuyo.

Invierte en el equipamiento o en las clases

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Una forma bastante efectiva de comprometernos con algo es "rascarnos un poco el bolsillo". Si inviertes en dar las clases en un buen centro de Yoga, o si decides hacer una inversión en material, por pequeña que sea, ya será una declaración de intenciones de que no queremos dejarlo a la semana de empezar.

Si entrenas en casa, hazte con una buena colchoneta (finita para que no sea un problema para los equilibrios, y que no te haga resbalar cuando trabajes descalzo), unos bloques de Yoga o unas correas si eres principiante (para hacerte más sencillas algunas asanas), incluso algo de ropa específica como unos calcetines antideslizantes o una rueda de Yoga. Si te has gastado algo de dinero, es probable que quieras sacarle provecho.

Entiende tu práctica de Yoga como un tiempo reservado para ti

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Puede que el "es que no tengo tiempo" sea la excusa más usada para no hacer ejercicio: pensamos en el entrenamiento o la actividad física como una obligación para la que "tenemos que sacar tiempo" en lugar de ser algo que integramos en nuestra rutina diaria. Piensa en tu práctica de Yoga como en algo para ti, que te reportará beneficios a medio y largo plazo. Una parte del día dedicada solo a ti que además te ayudará a mejorar físicamente y mentalmente.

Si entrenas en casa, es muy probable que puedas sacar al menos 15 minutos al día (no necesitas mucho más: aquí tienes una rutina que puedes hacer en 15 minutos por la mañana) para dedicarte a ti mismo. Temprano por la mañana, al llegar del trabajo, a última hora del día, en los anuncios eternos de alguna cadena de televisión... 15 minutos no es nada y te ayudará a no dejarlo y a sentirte mejor.

Imágenes | Unsplash
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