A la hora de entrenar muchas son las dudas que nos surgen. Una de las más extendidas se refiere a la cantidad de ejercicios que tenemos que llevar a cabo y a las repeticiones que vamos a hacer en cada uno de ellos.
En el entrenamiento no existen reglas, el cuerpo y los músculos no entienden de números ni de repeticiones, sino que ellos simplemente demuestran nuestro estado físico en el momento en el que les vamos a entrenar. Esto es algo que no debemos pasar por alto a la hora de acudir al gimnasio y trabajar los músculos. Sí que es cierto que tenemos que establecer una tabla a seguir, pero no todos los días los músculos responderán igual al esfuerzo, algo que no podemos pasar por alto.
En el rendimiento muscular intervienen varias variables que no podemos olvidar. La alimentación, la cantidad de masa muscular que tenemos y el descanso que hemos aplicado a estos músculos. Estas variables determinarán el rendimiento a la hora de asistir a entrenar. Por este motivo no debemos obligarnos a alcanzar una serie de objetivos, sino que lo que hay que hacer es escuchar a nuestros músculos y atender a sus necesidades. Ellos nos marcarán hasta donde pueden llegar y cuando tenemos que parar.
Esto mismo sucede con el peso a levantar, cada persona tiene un tipo más o menos concentración de fibras musculares, y por lo tanto una u otra respuesta al esfuerzo que vamos a realizar en los entrenamientos. Por este motivo no podemos aplicar la misma rutina a una u otra persona, cada uno de nosotros tiene unas cualidades físicas, que unidas a los factores externos que antes hemos citado son los que nos hacen aguantar más o menos en los entrenamientos.
Esto mismo nos sucede con los diferentes tipos de músculos que tenemos en el cuerpo. No es lo mismo entrenar un grupo muscular grande que otro más pequeño. Los músculos mayores consumen más energía que los pequeños, ya que tienen más fibras que hacen que el glucógeno muscular disminuya en mayor medida que en los músculos más pequeños, por lo que cuando entrenamos un grupo muscular mayor normalmente llegan antes a su límite.
Una vez controladas todas estas variables sabremos la intensidad que tenemos que aplicar a nuestros entrenamientos. De nada nos sirve marcarnos metas si el organismo no responde. Para estar siempre a punto tenemos que seguir una alimentación adecuada, un perfecto descanso y procurar no sobreentrenar los músculos para evitar el catabolismo. No todos los días respondemos de la misma manera, así que tenemos que ser conscientes de ello y saber cuáles son nuestros límites. Poco a poco y con esfuerzo iremos aumentando nuestras posibilidades.
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