Cuál es el papel del sueño en nuestra vida y bienestar: ¿por qué dormimos?

Cuál es el papel del sueño en nuestra vida y bienestar: ¿por qué dormimos?

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Si no dormimos el cerebro deja de funcionar, y si el cerebro deja de funcionar, morimos. El sueño es una actividad esencial que permite a nuestra mente reordenar su cableado, y abordar el siguiente bloque de vigilia con las máximas garantías de frescura y alerta. Las horas de sueño no son por tanto una pérdida de tiempo, y sí una inversión a corto y largo plazo.

El sueño ayuda a nuestro cuerpo a mantenerse saludable y evitar enfermedades de todo tipo, debidas a una alteración del descanso. También afecta a nuestras habilidades mentales (concentración, cálculo, creatividad...) y a las habilidades motoras (conducir, jugar una pachanga de fútbol...).

Dormir puede equipararse en importancia a lo que es el oxígeno o el  agua. A pesar de llevar durmiendo desde el inicio de nuestra especie, el  proceso biológico del sueño sigue siendo un misterio porque afecta a todos los tejidos y sistemas de nuestro cuerpo: cerebro, corazón, pulmones, metabolismo, función inmunológica, estado de ánimo, resistencia a enfermedades...

¿Cuál es la cantidad de tiempo de sueño recomendada?

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Existen diferentes recomendaciones sobre el número de horas adecuado según nuestra edad. Desde que tenemos apenas unos meses y se recomienda dormir entre 14 - 17 horas por cada 24 horas, hasta que llegamos a la edad de adulto mayor (>65 años) y la franja se reduce a 7 - 8 horas por cada 24 horas.

En medio de esas etapas quedan los niños pequeños de uno a dos años (11 - 14 horas por cada  24h), los niños de preescolar con tres a cinco años (10 - 13 horas por  cada 24h), los niños en edad escolar con seis a trece años (9 - 11 horas  por cada 24h), los adolescentes entre 14 y 18 años (8 - 10 horas por  cada 24h) y los adultos hasta los 65 años (7 - 9 horas por cada 24h).

Podemos observar como el papel del sueño varía según la etapa de la  vida en que nos encontramos, siendo vital durante toda la vida, pero imprescindible durante el desarrollo de nuestro cerebro hasta el final de la adolescencia. Pero, ¿por qué dormimos?

Ritmos circadianos: por qué tenemos sueño

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¿Qué haces cuando tu móvil se queda sin batería? Lo enchufas para que cargue. El sueño es la carga diaria que necesitamos para tener las baterías cargadas. Si no dormimos, al igual que el móvil no enciende si no lo cargamos, nosotros también quedaremos apagados y fuera de cobertura.

Al igual que las manecillas de nuestro reloj realizan ciclos de 24 horas, tenemos otro reloj interno que se encarga de hacer saber a nuestro cuerpo cuándo es la hora de despertarse, y cuándo es la hora de ir a dormir. Si esos ritmos circadianos están correctamente alineados, nuestro cuerpo irá realizando complejos mecanismos fisiológicos a lo largo del día.

Uno de esos mecanismos consiste en que nuestro cerebro libera adenosina a lo largo del día, llegando al punto máximo cuando nuestros ojos  envían información a una región del cerebro para decirle que ya es de  noche, en función de la luz que reciben. ¿Sabes que bebida bloquea la  adenosina? Si has estado "despierto" habrás adivinado que es el café, el té y similares.

Otra de las hormonas que se libera a medida que la luz natural desaparece por la noche es la melatonina. Cuando esos ritmos circadianos se encuentran perfectamente alineados, los mecanismos funcionan correctamente y no se da ninguna alteración del sueño.

Cuando la adenosina, la melatonina y otras hormonas se liberan nos da  sueño y tenemos que dormir. Pero si cada día nos vamos a dormir a una  hora diferente y comenzamos el día interrumpiendo repentinamente el  sueño con un despertador, alteraremos esos procesos biológicos para los que el sueño y un estilo de vida saludable son indispensables.

Arquitectura del sueño: etapas por las que pasamos cada noche

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Antes de explicar por qué dormimos, o mejor dicho para qué dormimos  ya que el por qué es un misterio aún como hemos dicho al inicio del  artículo, es interesante entender qué es dormir. Cada noche cuando cerramos los ojos y comenzamos a dormir se van alternando cuatro etapas de forma cíclica hasta que nos despertamos. Cada ciclo dura, de forma general, entre 90 y 120 minutos.

Dentro de cada uno de esos ciclos pasamos por cuatro etapas, tres de ellas conocidas como sueño con movimientos oculares no rápidos (NREM) y una etapa final denominada sueño con movimientos oculares rápidos (REM). El sueño NREM ocupa en torno al 80% de cada ciclo, dejando el restante al sueño REM.

Si hacemos cálculos, y como adultos debemos dormir entre siete y  nueve horas, sabiendo que cada fase dura alrededor de una hora y media o  dos horas, pasamos por unos cuatro o cinco ciclos completos.

¿Por qué es necesario realizar varios ciclos completos?

El sueño REM comienza unos 90 minutos después de comenzar a dormir. En  ese tiempo pasamos por las tres etapas NREM, pero es la cuarta etapa,  la fase REM, la guinda del pastel. Es este sueño REM es que se relaciona  con aspectos tan importantes como la consolidación de la memoria, y otros muchos que vamos a describir a continuación.

Además los ciclos de sueño tienen diferente duración a medida que avanza la noche. En primer ciclo es más corto, mientras que los posteriores suelen ser más largos. También aumenta la cantidad de tiempo que pasamos en fases de sueño profundo a medida que avanza el tiempo dormidos.

Las fases REM se alargan especialmente en la segunda mitad de la noche, pasando de una primera etapa REM de unos minutos, a etapas en esa segunda mitad de la noche que puede durar hasta una hora. Por eso es tan importante llegar a esos mínimos recomendados y no cortar el sueño tras pocas horas, cuando empieza el sueño más eficaz.

¿Por qué dormimos, y cómo afecta dormir a nuestro bienestar y salud?

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Si no dormimos,  nos morimos. Es una razón importante para dormir. Eso lo conocían ya  hace muchos siglos, y por ello utilizaban como tortura evitar que las  personas durmieran, lo que les llevada a la locura y la muerte. Una cantidad insuficiente de sueño puede tener graves repercusiones.

Consolidación de memoria y recuerdos a largo plazo

Alguna vez has ido a un examen sin dormir y te has quedado en blanco? Al no dormir no has consolidado esa información en la memoria, además de haber mermado tu capacidad para acceder a otra información que sí estaba ahí guardada.

Es lo que se conoce como "hablar con la almohada" donde nos vamos a  la cama con un problema que no hemos sido capaces de resolver en todo el  día, y a la mañana siguiente, abrimos los ojos y de repente se enciende la bombilla y eureka, problema resuelto.

El sueño convierte las experiencias aprendidas en recuerdos a largo plazo. Es por ello que cada vez es más conocido el método sándwich para retener información. Consiste  en despertarse, estudiar y tras un tiempo echar la siesta o una  cabezada para almacenar esa información, y seguir estudiando después.  Estudiar queda en medio de ese sándwich, donde el pan es el sueño.

Pone nuestros relojes de arena de nuevo al cero: paciencia y creatividad entre otros muchos

¿Tienes la misma paciencia con tu pareja, hijos o amigos después de  un día largo, que al inicio de ese mismo día? ¿Eres capaz de resolver  tareas sencillas como el cálculo de la vuelta de la compra de igual  manera a primera hora de la mañana que a al final del día?

El sueño ordena "todos los trastos" que hemos ido dejado por medio del cerebro a lo largo del día, y amanecemos con todo ordenado y con el contador a cero. En concreto el sueño profundo es esencial para la creatividad y el pensamiento perspicaz. Es por ello que es recomendable situar las tareas más cognitivas y creativas al inicio del día.

Dormir bien también resetea nuestra capacidad de alerta, nuestro estado de ánimo y nuestra fuerza de voluntad.  Es más fácil evitar un accidente de tráfico a primera hora, tomarnos un  atasco con mejor humor al ir al trabajo que a la vuelta del mismo, y  decir que no a un ultraprocesado en el desayuno que en la cena.

Es debido a que esa adenosina, y otras sustancias que se van acumulando en el cerebro a medida que pasamos tiempo sin dormir, limitan nuestra atención, nuestro humor y nuestra toma de decisiones.

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Evita enfermedades y afecciones médicas, tanto físicas como mentales

No dormir las horas recomendadas y con la calidad necesaria afecta a nuestro bienestar mental y físico. Enfermedades metabólicas como la obesidad,  la diabetes tipo 2 y la presión arterial alta, así como enfermedades  mentales y neuronales como depresión, incluso un derrame cerebral están  conectadas con el descanso.

El sueño se encarga de que todos nuestros sistemas funcionen a la perfección, evitando problemas con la insulina o con la glucosa, y ayudando a nuestro cerebro a que cada noche reciba su carga  correspondiente para resetearnos y prepararnos para otro ciclo de  vigilia.

Esa función que tiene el hecho de dormir está estrechamente relacionada con la mejora de los síntomas de depresión, control de los desórdenes de ansiedad, etc. Lo contrario ocurre cuando padecemos insomnio y dormimos poco, entrando así en un círculo vicioso en el que cada vez estamos más deprimidos, ansiosos y estresados.

Esa privación del sueño constante, unida a otros factores, puede desembocar en enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer o el parkinson, e incluso aumentar el riesgo de muerte prematura.

Reparación y regeneración

Si eres atleta profesional, o entrenas para mejorar tu composición corporal debes tener en cuenta que el tiempo de sueño cuenta como tiempo de entrenamiento.  El estímulo que le aportamos a nuestro cuerpo es la semilla, y el sueño  es el riego y el sol que hace que esa semilla florezca.

A las fases más profundas del sueño se les suele llamar sueño reparador, y es literalmente cierto. Nuestro cuerpo es aquí donde repara el daño producido con nuestro entrenamiento de fuerza y resistencia, y regenera las partes involucradas, dando lugar a mejorar en el rendimiento y crecimiento muscular.

El sistema inmunológico también está dentro de este apartado ya que el sueño refuerza dicho sistema y otros procesos claves en este sentido. ¿Alguna vez te ha dolido mucho  la cabeza o has tenido un malestar estomacal y después de dormir se ha  esfumado? Todo ha sido "un sueño".

Y por supuesto, el que reparte se lleva la mejor parte. El cerebro elimina gracias al sueño todas las toxinas que se han ido acumulando durante el día.  Es por lo que hemos comentado en un par de ocasiones que dormimos por  qué debemos resetear el sistema para comenzar un día nuevo.

Podríamos seguir, pero tenemos que irnos a dormir

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La lista del papel que el sueño juega en nuestra vida y bienestar es interminable. Casi todas las enfermedades se previenen y se mejoran con un correcto descanso. La salud, entendida como bienestar físico, mental y social depende directamente de nuestra cantidad y calidad del sueño.

A nivel físico ayuda a nuestros mecanismos fisiológicos a estar bien  engrasados para que todos los sistemas hagan su cometido. A nivel mental se encarga de prevenir alteraciones y enfermedades mentales, así como ayudar a nuestro cerebro cada día a ordenar las experiencias y clasificarlas para poder disponer de ellas.

Y el descanso reparador interfiere también en nuestras relaciones sociales haciéndonos estar de mejor humor, y con más energía para hacer planes con familia y amigos, en lugar de estar "cansados para salir".

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Imágenes | iStock, Pixabay

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