Muchas personas pasan gran parte de su día sentadas frente a una pantalla o realizando actividades que implican poco o ningún movimiento físico. Ante esta realidad surge una pregunta clave: ¿cuánto tiempo debemos dedicar diariamente al ejercicio para evitar caer en el sedentarismo? Aunque no existe una respuesta única, existen recomendaciones general para mantenernos saludables y activos.
Actividad física versus ejercicio físico: moverse no es lo mismo que entrenar

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los adultos deberían realizar al menos entre 150 y 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada cada semana, o entre 75 y 150 minutos si la actividad física es de moderada a vigorosa.
Esto se traduce en alrededor de 20 a 40 minutos diarios. Esta cantidad de ejercicio es suficiente para mantenernos activos, mejorar nuestra salud cardiovascular y prevenir múltiples enfermedades asociadas al sedentarismo. Esas son las guías mínimas que suelen verse una y otra vez, pero es solamente la punta del iceberg.
Al menos dos sesiones de fuerza a la semana
El entrenamiento de fuerza está ocupando cada vez más espacio en las recomendaciones mínimas de actividad para ser activos. Tanto es así, que ya se habla de una nueva era incluso para los más pequeños donde el entrenamiento de la fuerza es el rey, incluso por delante del de resistencia.
Siempre nos quedamos con parte de la información, y eso es lo que sucede con las recomendaciones de la OMS. Además de los minutos citados anteriormente, los expertos recomiendan al menos dos sesiones de fuerza a la semana. Todos estos datos son unos mínimos, por supuesto que si hacemos algo más obtendremos más beneficios.
¿Eres una persona activa que entrena o una persona sedentaria que va al gimnasio?
El verdadero dilema reside en cuánto es poco y cuánto es suficiente. Muchas personas van al gimnasio una hora al día, tres o cuatro veces por semana y se consideran activos, pero realmente no lo son. Si vas al gimnasio a entrenar algunos días por semana, pero no te mueves el resto del tiempo, eres una persona sedentaria que entrena, pero no eres activo.
Para ser activo has de pasar, como mínimo, esas recomendaciones de la OMS. La actividad física es todo aquello que hacemos sin ser considerado entrenamiento. Eso quiere decir que si sales a dar un paseo con el perro están realizando actividad física, no ejercicio físico.
Para que sea considerado ejercicio físico tienes que realizar una sesión programada con algunos objetivos. Si miramos de nuevo la caminata con el perro, podemos considerarla ejercicio si nos planteamos hacer cinco kilómetros a una velocidad determinada.
Por lo tanto, el entrenamiento del gimnasio o salir a correr es ejercicio físico, y hace mucho por tu salud. El problema es que a eso hay que añadir la base de la pirámide que es moverse más en el día a día. Aquí llega la verdadera pregunta: ¿cuánto tiempo es necesario para considerarse activo?
No hay un mínimo: muévete todo lo que puedas
Se ha comprobado que pausas tan breves como apenas unos segundos pueden hacer verdaderos milagros en tu salud. Tomar una pausa de un minuto para subir las escaleras del trabajo durante toda la jornada laboral es mucho más que no hacer nada.
A eso le puedes sumar caminar hacia el trabajo y cualquier actividad que te mantenga en movimiento, desde lavar los platos o pasear por el parque mientras haces una llamada. Lo importante es moverte cuando puedas sin que sea un suplicio.
Al incluirlo en tu rutina serás una persona activa sin tener que pensarlo. Si le sumas ejercicio físico de fuerza unos tres o cuatro días por semana, enhorabuena porque eres activo.
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