El cambio de alimentación y cultura de los inuit que está haciendo que se dispare el número de enfermedades en el Ártico

La genética acompaña al humano desde tiempo inmemorables. Los cambios de cultura, sin el cambio genético, llevan a enfermedades de todo tipo

inuit
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El pueblo inuit ha vivido con un estilo único a lo largo de miles de años. En las últimas décadas han visto como sus tradiciones han ido modificándose rápidamente. Esos cambios bruscos en su alimentación y su estilo de vida, prácticamente a la fuerza han disparado los casos de enfermedades en las poblaciones del Ártico. Su alimentación ha consistido mayormente de mamíferos y peces muy ricos en grasa, y eso era precisamente lo que le protegía de las enfermedades que están cada vez más presentes.

Los inuit, uno de los últimos pueblos indígenas en el siglo XXI

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Los Inuit son un grupo indígena de países del Ártico como Canadá, donde comprenden alrededor de 65.000 habitantes de la población nacional. Hay cuatro regiones inuit en Canadá, y la mayoría de los inuit viven en cincuenta y tres comunidades en una ubicación geográfica a la que a menudo se hace referencia con el término inuktitut canadiense Inuit Nunangat.

A dicha población, hay que añadir las regiones circumpolares (árticas) incluidas partes Alaska, Chukotka (Rusia) y Groenlandia. Mucho han cambiado todos estos grupos de indígenas, especialmente en las últimas décadas, lo que ha traído consigo una disparidad en términos de salud entre los que han sido colonizados y los que aún persisten en su cultura tradicional.

El cambio radical de cultura involucra también la forma de obtención de alimentos, el tipo de comida y la manera en que se come. Algunos textos hablan de "matar al indio del niño", llegando a considerarse un genocidio cultural por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá.

El genocidio cultural es la destrucción de aquellas estructuras y prácticas que permiten al grupo continuar como grupo, expone la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá. Ese cambio en sus hábitos, hace que la población joven corra un mayor riesgo de sufrir mala salud mental.

101 de cada 100.000 jóvenes inuit de entre 10 y 19 años que viven en Inuit Nunangat experimentan hospitalizaciones de cuidados intensivos por autolesiones intencionales.

Transición del pueblo inuit hacia la enfermedad

Alimentación tradicional versus productos actuales

comiendo

Los alimentos tradicionales de la dieta inuit incluyen pescado local y otros mariscos (p. ej., salmón, fletán y trucha), mamíferos marinos (p. ej., focas, ballenas y morsas), animales terrestres salvajes (p. ej., caribú y buey almizclero), y aves de caza (por ejemplo, arao y pato eider y sus huevos). A ello hay que añadir una gran variedad de alimentos saludables y una baja ingesta de grasas y azúcares añadidos.

Precisamente eso ha hecho que tengan una tan baja incidencia de cardiopatía y problemas relacionados con enfermedades cardiovasculares. Un estudio de hace ya alguna década recogió muestras de 104 autopsias del pueblo inuit de dos ciudades de Groenlandia.

En dichas autopsias, se encontraron altas cantidades de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados Omega-3 en el tejido adiposo. Esta característica y alguna otra, como los niveles elevados de selenio, que protegen contra metales pesados como el mercurio, han servido de protección de las arterias coronarias y una presión arterial sin rasgos de hipertensión.

Debido a la rápida transición sociocultural en las últimas décadas, sus alimentos ahora son ricos en energía y pobras en micronutrientes, todo lo contrario a lo que solían comer no tanto tiempo atrás. Ahora su alimentación contiene una baja proporción de fibra, apenas mamíferos marinos y peces, bebidas carbonatadas azucaradas y un alto consumó de edulcorantes y snacks poco sanos.

Esa transición dietética entre los inuit, así como en los pueblos indígenas a nivel mundial, ha ido acompañada de la aparición de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y la hipertensión.

Hábitos de vida totalmente distintos

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La disminución del consumo de alimentos rurales, las altas tasas de tabaquismo y el consumo de alcohol pueden influir en el desarrollo de enfermedades crónicas. El aumento del sedentarismo, al cambiar los patrones activos, como la caza o recolección por una una economía asalariada caracterizada por una actividad física limitada y el gasto energético asociado también ha contribuido al aumento de enfermedades en el pueblo inuit.

Los tremendos cambios en poco tiempo del pueblo inuit han acelerado el proceso de cambio de una sociedad cazadora-recolectora hacia una sociedad sedentaria y que alimenta de productos que en muchos casos nada tienen que ver con la naturaleza.

Cada uno de nosotros tiene ancestros indígenas. Aunque hayan pasado cientos y miles de años, nuestro genoma sigue siendo muy similar. Al igual que los inuit han visto modificada su cultura, y con ello sus enfermedades, la población mundial vio como ocurría lo mismo tiempo atrás.

Esa distancia entre lo que deberíamos ser a nivel de salud, y lo que somos, es lo que hace que existan niveles preocupantes de obesidad, enfermedades físicas y mentales y un amplio número de muertes por causas no naturales. No es la dieta rica en grasa (los inuit se alimentaban principalmente de ella) la que nos enferma, sino el sedentarismo y los alimentos ultraprocesados los que están detrás de la enfermedad.

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Imágenes | Grid Arendal (Flickr), Pxhere, Grid Arendal (Flickr), J. J. O'Neill (Wikimedia Commons)

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