Así reacciona tu cuerpo cuando tomas azúcar y cuando tomas edulcorantes (y es de forma bastante similar, a largo plazo)

Así reacciona tu cuerpo cuando tomas azúcar y cuando tomas edulcorantes (y es de forma bastante similar, a largo plazo)

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Azucaredulcorantes

En la actualidad todos sabemos los efectos negativos del consumo de azúcares libres o añadidos, y los edulcorantes vienen a ser los grandes aliados cuando nos apetece un dulce. Sin embargo, estos últimos no están libre de efectos negativos. Te contamos cómo reacciona tu cuerpo cuando tomas azúcar y cuando tomas edulcorantes:

El efecto del azúcar en nuestro cuerpo

Nos referiremos a azúcar como a todo tipo de azúcares libres entre los que se encuentra el azúcar de mesa, jarabes, siropes, miel o similares y alimentos que los contengan.

Cuando ingerimos azúcar estamos ingresando a nuestro cuerpo 4 Kcal por gramo, saboreando un alimento dulce en nuestro paladar y activando circuitos de recompensa en nuestro cerebro que se traducen en un mejor estado de ánimo o una sensación placentera.

Si ingerimos azúcares libres como puede ser un té con azúcar de mesa, rápidamente la glucosa llega al torrente sanguíneo y así, se estimula al páncreas para la liberación de insulina. Es decir, disponemos rápidamente de energía sin mayor trabajo digestivo.

El azúcar es entonces una fuente de energía rápida y fácil, por lo tanto no brinda saciedad y a largo plazo puede conducir al aumento de peso. Pues además, se ha probado su efecto adictivo en el organismo, lo que significa que cuanto más comemos más queremos y así, podemos acercarnos a un balance energético positivo fácilmente.

Como si fuera poco, el azúcar en exceso y de forma crónica puede desregular nuestro metabolismo ocasionando además de obesidad, diabetes, hipertensión, dislipemias y otras patologías como cáncer o Alzheimer.

Azucar

Así reacciona nuestro cuerpo a los edulcorantes

Hablamos de edulcorantes haciendo referencia a edulcorantes bajos o nulos en calorías, dentro de los cuales se encentra desde la stevia de origen natural hasta opciones artificiales como la sucralosa, sacarina u otros.

Cuando ingerimos edulcorantes o alimentos que los contienen nuestro paladar también percibe un sabor dulce agradable que podría estimular nuestro cerebro ocasionando una sensación placentera. Sin embargo, sin aportar calorías u ofreciendo mucha menos energía que el azúcar.

Además, como finalmente no aporta calorías ni energía rápida y fácil de almacenar, nuestro cuerpo no considera "rentable" a los edulcorantes y esta podría ser la razón por la cual no se asocian a una conducta adictiva como sí lo hace el azúcar.

No obstante, al igual que el azúcar estimulan nuestra apetencia por lo dulce, elevando el umbral de dulzor, algo que deberíamos reducir poco a poco si buscamos cuidar la salud.

No ocasionan picos de glucosa como sí lo hace la sacarosa o los azúcares libres y por lo tanto, no demandan la liberación de insulina que a largo plazo puede traducirse en insulinorresistencia, pero hay estudios que señalan un vínculo con la mayor probabilidad de sufrir diabetes tipo 2.

Asimismo, determinados edulcorantes como la sucralosa o la sacarina se han asociado a mayor peso corporal y esto puede deberse tanto a la elevación del umbral de dulzor como también a que cuando nuestro cuerpo percibe sabor dulce espera obtener también calorías y ello, puede incrementar el hambre como se ha observado en una investigación publicada en Cell Metabolism.

Así, a largo plazo si bien hay estudios que señalan beneficios del consumo de edulcorantes, hay otros que sugieren una desregulación metabólica a causa de su ingesta, de forma similar a lo que ocurre con los azúcares.

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Conclusión: el azúcar es nocivo pero tampoco debemos abusar de los edulcorantes

De analizar la reacción que tiene nuestro cuerpo cuando consume edulcorantes y cuando consume azúcar, así como evaluando la evidencia científica disponible sobre el tema, podemos deducir que los azúcares añadidos o libres son sin duda más nocivos y que con total certeza recomendamos reducir su consumo.

No obstante, los edulcorantes tienen aun un respaldo controvertido y mientras estudios avalan su uso otros muestran efectos negativos similares a los que ocasiona el azúcar, siempre tras un consumo prolongado, a largo plazo.

Entonces, a modo de conclusión aconsejamos reducir al máximo la ingesta de azúcares pero al mismo tiempo, no abusar de los edulcorantes.

Lo mejor que podemos hacer es reducir poco a poco nuestro umbral de dulzor para que no nos apetezcan las preparaciones dulces en demasía y que tengamos ingestas moderadas a bajas de edulcorantes cada día, de manera que su consumo reducido no ocasione consecuencias sobre nuestro peso corporal y metabolismo.

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Imagen | iStock

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