Cuando compramos una casa, normalmente vamos al banco y generamos una deuda que iremos pagando poco a poco. Otra opción es acumular el dinero primero y luego hacer frente al pago sacándolo del banco. Parece que con el sueño ocurre lo mismo, pudiendo acumular horas de descanso en un "banco de sueño" para poder hacer frente después a una deuda cuando tengamos que dormir poco. Esto es lo que dice la ciencia sobre la utilidad de acumular sueño durante algunos días para después estar menos fatigados y somnolientos cuando llegue la privación del mismo.
Los "bancos de sueño" para hacer frente a los días en los que dormiremos menos
La cantidad de sueño para una salud óptima es el eterno debate que parece haber consensuado que el rango ideal es dormir entre siete y nueve horas cada 24 horas. Aunque dormir es imprescindible para el ser humano, hay muchos aspectos del descanso a nivel neurofisiológico que todavía se nos escapan.
Esa es la razón por la que podemos obtener los beneficios de un buen descanso durmiendo ocho horas seguidas por la noche, o descansando menos horas en ese momento y añadiendo una o dos siestas durante el día. En función de tu país de residencia y del momento de la historia en el que vivimos, lo cultural puede ser una cosa u otra.
En países como España, lo cultural es dormir de una vez todas las horas, aunque muchas personas añaden a esas horas nocturnas una siesta después de comer a medio día. Lo que también es común es no descansar lo suficiente entre semana y dormir más los días de descanso laboral, que suelen ser sábados y domingos para la mayoría.
De este comportamiento de acumular una reserva de sueño durante un día o dos para aprovecharla después cuando durmamos menos nace el término "bancos de sueño" (sleep banking si queremos indagar más por internet). Cada vez son más los estudios científicos que abordan este fenómeno de reserva de sueño para comprobar si tiene sentido o no.
El primer artículo que evaluó la eficacia de los bancos de sueño comparó a un grupo que dormía siete horas o nueve horas durante una semana y luego restringía a tres horas ese descanso nocturno. El grupo que dormía nueve horas era más resistente a la restricción crónica posterior del sueño que el grupo que dormía siete horas.
Quedaba demostrado que el "exceso de sueño" es interesante si vamos a exponernos a una falta del mismo. Después de ese primer estudio han llegado otros que han seguido la misma línea, demostrando que existe realmente ese banco de sueño del que luego podremos tirar cuando tengamos privación del mismo.
¿Cómo se puede aplicar este fenómeno?
La literatura existente brida apoyo provisional al concepto de "banco de sueño", pero es un tema muy complejo y con gran variabilidad entre sujetos. Como si de una cuenta bancaria se tratase, varias investigaciones han comprobado que se puede introducir saldo en esa cuenta para momentos en los que tengamos que tirar de él.
Un ejemplo son los trabajadores por turnos rotatorios que incluyen noches, como puede ser una enfermera, un médico de guardia, una policía o cualquiera que se te ocurra. Acumular sueño extra en esa "cuenta bancaria" ayudará a que la fatiga sea menor en ese turno nocturno y haya menos somnolencia.
A nivel deportivo también se puede utilizar cuando nos enfrentamos a una carrera de varias etapas o una competición. Existen carreras extremas en las que se compiten durante varios días con noches en las que se duerme poco. Al igual que realizamos una carga de hidratos de carbono, parecer también ser interesante hacer una carga de sueño.
Para el día a día, puede que dormir nueve horas entre semana nos beneficiará de cara a dormir menos el fin de semana si tenemos algún viaje o evento que acorte el descanso nocturno. En cualquier caso, aunque los mecanismos por lo que sucede no están claros, sí parece ser una estrategia interesante acumular sueño en el "banco de sueño" para luego no quedarnos en números rojos en momentos de privación del mismo.
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Imágenes | Dominic Sansotta (Unsplash), Engin Akyurt (Unsplash), Andre Taissin (Unsplash)
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